Diario Información,Villena 7 Noviembre 2012:
MARIVI PARDO
Los acuíferos de Villena siguen sufriendo pese a las lluvias de los últimos días. Sólo 18 litros se han contabilizado en el observatorio meteorológico de la Casa de la Parrala en estos cuatro días de lluvias ininterrumpidas que apenas ayudan a unas aguas subterráneas fuertemente sobreexplotadas, explicó el presidente de la Comunidad General de Usuarios del Alto Vinalopó, Pedro Menor. Aunque sostiene que "si la lluvia nos trae un hectómetro cúbico, bueno es, pero significa tan poco".


Unos 350 litros de lluvia es la media en Villena y con un verano extremadamente seco se preveía que la cantidad, en este 2012, estuviera muy por debajo, sin embargo en septiembre se recogieron 72 y en octubre 52.
La lluvia que para los campos ha sido "agua de mayo" ha llegado en el momento de más baja demanda por parte de los usuarios. Menor indica que "los cultivos leñosos no necesitan agua, excepto el olivo, mientras las hortalizas precisan algo y con las lluvias de estos días tienen más que suficiente". Con todo ello, la extracción de agua de los acuíferos debería estar paralizada, sin embargo no es así. Con los embalses vacíos, explica Menor, "ahora es el momento de empezar a llenarlos, tres horas cada noche para que el gasto eléctrico sea el menor posible y que en el mes de marzo cuando se vuelva a iniciar la época de regadío estén a pleno rendimiento". Menor aseguró que "las extracciones siguen al mismo ritmo año tras año".

Un futuro negro
Aunque las lluvias han animado al sector agrícola, son muchos los que piensan como Menor: "O empezamos a ver de dónde sacar agua, aunque sea de desaladoras, o el futuro de la agricultura se ve muy negro". Si España quiere aprobar la asignatura que recientemente ha suspendido en cuanto a gestión de agua de los acuíferos del Vinalopó se tendrán que dejar de extraer 80 hectómetros cúbicos. Menor se cuestiona "no sé cómo lo vamos a hacer, o bien el Júcar se pone a pleno rendimiento a trasvasar agua o habrá que utilizar todos los sistema de sustitución posibles". Y ello implica la construcción de desaladoras a lo que se han opuesto algunos de sus compañeros de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, l'Alacantí y el Consorcio de la Marina.
Los agricultores locales ven con desazón el horizonte de 2021. Pero no sólo los hombres del campo vislumbran una dura recuperación en la economía villenense si los cultivos se quedan sin agua.
Con el declive de la industria y el adelgazamiento del sector terciario local, la agricultura se ha erigido como el motor de la economía local y la que resiste el envite de la falta de empleo. Sin embargo, la posibilidad de dejar de extraer agua del subsuelo o el coste excesivo de esta materia prima, les hace suponer que para la segunda década del siglo XXI la situación de este yacimiento de empleo se agravará.